Definiendo el... De Quevedo

Mi favorito, podría recitarlo incluso bajo del agua...pero ahora, que intento recordarlo, no está, las palabras se han desviado de mi memoria, para posarse en oscuros lugares inconscientes de mi mente, es hielo abrazador, es fuego helado...es...es un dolor que no soporto y el aguantarlo me está torturando a más no poder, es una espera constante de algo que sueño y no llega, un efímero recuerdo de una sonrisa y una instancia apasionada, es un día de sol y otro de tormentas, un momento de calma y otro agonizante, donde está esa estabilidad de la que tanto hablan, donde está esa Raffi que corría por la vida, saltando, y llenando todo, ¿donde estoy?, me gustaría poder reír de verdad, poder aparentar lo que no és, ser fuerte por alguna vez en mi vida, pero estoy aquí, haciendo todo lo contrario, estoy en el naufragio más grande de la tormenta, abrazada de aquél árbol que se destrozó con el viento, pidiendo que no me arrastre con la lluvia y no vuelva a encontrarme, y sigo esperando, y espero, y la paciencia no es mi don más preciado...pero me estoy agotando, con cada segundo que el viento azota mi cuerpo y revuelve mi cabello al azar, estoy intentándolo, y me está costando sostenerme, pero esa lúz se abrirá de entre las nubes, y secará todo, la lluvia cesará, pero los vestigios nunca se irán, quizás ese árbol pueda volverse a plantar, pero ¿será igual de fuerte como antes?...las semillas nuevas viven dependiendo del cuidado que se les dé...

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

              

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

              

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.

              

Éste es el niño Amor, éste es  tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.