viernes, 19 de febrero de 2010

Amanecer

 
El único consuelo en mis noches, es saber que a la mañana siguiente quedará un día menos para volverla a ver.
Y así es como estos tres meses se convirtieron en polvo, día a día, noche tras noche, el plazo se acortó y solo restan dos semanas, cuyo paso ha sido el más largo de toda la eternidad.