Me levanto en una calurosa mañana de diciembre, es el primer día del mes...como ha ocurrido últimamente estoy sola, cosa que hace pocos meses nunca había pasado...voy a la cocina y pongo la tetera...necesito un café, no me importa si hace calor, si hace frío y como sea! sólo sé que quiero mi café...cargado, vaporoso con olor a madera fuerte! que me queme por dentro, que me remueva todo lo que siento a veces...No me importa quemarme la lengua con él, lo tomo con tal desesperación y anhelo que el quemarme ya no me importa...
Me siento en la mesa del comedor con el café en la mano y miro alrededor de "La casa"...estoy sola y pienso en lo que se viene...no pienso en ese momento con nostalgia ni con angustia, sólo contemplo seriamente el horizonte que esta a continuacion de mis ojos.
Es como si el tiempo se detuviera, sólo existe ese aroma y yo, esa caliente bebida que me atrae y me hace sonreir, aquella sustancia que expresa todo lo que necesito...Tranquilidad? No! considero que estoy bastante tranquila y serena...pero el café es más que eso.
Me siento en la mesa del comedor con el café en la mano y miro alrededor de "La casa"...estoy sola y pienso en lo que se viene...no pienso en ese momento con nostalgia ni con angustia, sólo contemplo seriamente el horizonte que esta a continuacion de mis ojos.
Es como si el tiempo se detuviera, sólo existe ese aroma y yo, esa caliente bebida que me atrae y me hace sonreir, aquella sustancia que expresa todo lo que necesito...Tranquilidad? No! considero que estoy bastante tranquila y serena...pero el café es más que eso.
- El café tiene ira...
- Tiene pasión!
- Tiene tranquilidad...
- Es intenso y con un toque de crema se vuelve suave...
- Es amargo y puede ser dulce...
- El café es sensual...