martes, 1 de diciembre de 2009

Café


Me levanto en una calurosa mañana de diciembre, es el primer día del mes...como ha ocurrido últimamente estoy sola, cosa que hace pocos meses nunca había pasado...voy a la cocina y pongo la tetera...necesito un café, no me importa si hace calor, si hace frío y como sea! sólo sé que quiero mi café...cargado, vaporoso con olor a madera fuerte! que me queme por dentro, que me remueva todo lo que siento a veces...No me importa quemarme la lengua con él, lo tomo con tal desesperación y anhelo que el quemarme ya no me importa...

Me siento en la mesa del comedor con el café en la mano y miro alrededor de "La casa"...estoy sola y pienso en lo que se viene...no pienso en ese momento con nostalgia ni con angustia, sólo contemplo seriamente el horizonte que esta a continuacion de mis ojos.
Es como si el tiempo se detuviera, sólo existe ese aroma y yo, esa caliente bebida que me atrae y me hace sonreir, aquella sustancia que expresa todo lo que necesito...Tranquilidad? No! considero que estoy bastante tranquila y serena...pero el café es más que eso.

  • El café tiene ira...
  • Tiene pasión!
  • Tiene tranquilidad...
  • Es intenso y con un toque de crema se vuelve suave...
  • Es amargo y puede ser dulce...
  • El café es sensual...
No tomo café para despertar...lo hago para fundirme con él... Es mi droga perfecta, mi adiccion más placentera, mi espejo cubierto por lujuria y desesperación...angustia y exitación...