domingo, 16 de diciembre de 2012

En ocasiones el dejar ir se lleva algo de tu espíritu, y en ese momento debes reencontrarte con lo que queda de ti, y volver a conocerte y reconocerte, con ese pequeño trozo que te falta, conocerte con todo lo nuevo y todo lo que fuiste...conocerte y conocerte y conocerte....y afrontar que hay cosas que te hacen daño y debes alejarlas, para no seguir escarbando en lo que no quieres volver a ser, en eso que dejaste ir porque lo necesitabas, porque anhelabas volver a ser tú...por eso y por más, por mi, porque no puedo seguir deseando eso que no existe, eso que no encontraré, eso que se lo llevó el viento.

El final feliz viene con el nuevo respirar, con el nuevo aire que enfría tu cara, con esa brisa que te embriaga y te confunde, va en ti el descubrir que es lo que de verdad necesitas, lo que anhelas, lo que sueñas...
Pero...¿Qué es lo que deseo??¿Qué es lo que de verdad deseo? y esa pregunta no tiene respuesta, porque no lo sé, la vida se encargará de ponerme en frente aquello que necesito, aquello que debo afrontar y superar, aquello que es y debe ser, pues todo pasa porque debe suceder, el azar en este mundo no existe, todo es un maldito suceso planeado por alguien desconocido, que te envió a vivir, y a superar malditas cosas que debes resolver....por eso estoy aquí, por lo que nadie viene, por lo que todos anhelan disfrutar...por aquella cosa más bella y hermosa que te inunda y te embriaga, devolviéndote la risa y la felicidad...  



Te he perdido entre la gente,
te he adorado y te he odiado, 
y en el fondo sabes bien
que en los peores momentos
llevas dentro un ángel negro
que nos hunde a los dos.

Y cuando llega el nuevo día
me juras que cambiarías 
pero vuelves a caer.
Te dolerá todo el cuerpo,
me buscarás en el infierno
porque soy igual que tu.